Cómo cultivar un olivo a partir de un hueso de aceituna nunca ha sido tan sencillo

El olivo es una planta mediterránea, que crece muy bien bajo el sol abrasador, lo que permite que sus frutos maduren rápidamente y den un aceite fantástico, fácilmente reconocible y con un sabor delicado y precioso.

Cómo cultivar un olivo

El aceite de oliva es el oro amarillo de la cocina, no se puede preparar ningún plato sin este fantástico ingrediente. Producirlo directamente en casa no sólo es una forma de ahorrar mucho dinero, sino también una gran satisfacción.

Si quieres intentar cultivar un olivo en casa, primero debes averiguar cómo y qué hacer porque sigue siendo una vida que de alguna manera debes saber cuidar.

Olivo, ¿cómo hacer que crezca bien?

El olivo crece bien en zonas donde el clima es templado, pero en invierno las temperaturas no deben bajar bajo cero, de lo contrario la planta muere. Cuidado y mucha paciencia son los principales ingredientes que permiten conseguir buenos resultados.

Siguiendo unas pautas muy sencillas, podrás cultivar hermosas plantas primero en macetas y luego en el jardín de casa. Lo primero que debes hacer es elegir el árbol que quieres cultivar porque no hay una sola variedad de olivo, hay varias plantas de varios tipos repartidas por todo el mundo para elegir.

Algunas son similares entre sí, mientras que otras tienen pequeñas diferencias que tienen que ver con el sabor o color de la fruta. Dependiendo del tipo de planta, cambian las técnicas de cultivo y también los tiempos de maduración del fruto.

En Puglia se encuentran por ejemplo la Bella di Cerignola, la Cellina Barese, la Cima di Bitonto, aunque todas se encuentran dentro de la misma región, ya que el clima es ligeramente diferente de un territorio a otro, cada una de estas plantas puede dar una resultados diferentes.

Por eso es recomendable hacer una pequeña investigación para entender qué olivo es mejor para la zona donde vives, para no cometer errores, para no gastar demasiado dinero, tiempo y paciencia en algo que quizás no dé. Que te gustaría.

Cómo sembrar el olivo a partir de su fruto

Luego se recoge el fruto del árbol y se colocan las aceitunas en un balde, se rompe la pulpa para despegarla del hueso, se dejan las aceitunas en remojo, removiendo el agua de vez en cuando porque de esta forma se logra la separación de las La pulpa se produce más fácilmente y más rápidamente.

Luego se recuperan las piedras y se elimina la piel que queda en la superficie. Después de hacer esto, enjuague la piedra con agua caliente durante unos minutos, si esto no es posible, recomendamos utilizar papel de lija. En este punto, corte el extremo de la piedra que tiene punta por un lado y romo por el otro.

La parte biselada se debe limpiar con un cuchillo. La cáscara no debe romperse porque de lo contrario la semilla corre el riesgo de quedar inutilizable. Las piedras se sumergen durante 24 horas en agua a temperatura ambiente y luego se llena un jarrón con tierra. Puedes utilizar un jarrón grande o uno pequeño dependiendo de lo que tengas.

Las semillas se plantan delicadamente en la tierra, procurando que queden cubiertas hasta las tres cuartas partes y no más porque el sol debe tener libre acceso, esto es importante porque los rayos estimulan la germinación. En este punto, las macetas se cubren con una bolsa de plástico, creando una especie de invernadero, y se colocan en el alféizar de la ventana.

Germinación y trasplante de la plántula.

La germinación ocurre dentro de un mes. Debes recordar regar la tierra manteniendo una humedad constante, si la tierra se seca la planta muere, por lo que es recomendable comprobar antes de verter el agua. Puede que ni siquiera lo necesites. Si los primeros 6 mm están secos es momento de darle agua sino no. Cantidades excesivas de agua pueden provocar una proliferación bacteriana que destruye la plántula. 

Una vez que haya brotado retiramos la bolsa, dejamos libre la planta y seguimos regando con normalidad. Cuando llegue el momento, es decir, cuando el olivo haya crecido 18 cm, se podrá trasplantar posiblemente en otoño. Una vez enterrado el árbol se riega como de costumbre y luego se sigue su crecimiento.

Después de unos años podrás cosechar hermosas aceitunas. Hay árboles que dan frutos a los tres años mientras que otros necesitan al menos 7/12 años. 

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